Dos integrantes de murgas mientras posan con sus trajes en la inauguración de la muestra "Hermanando carnavales" en el Museo de la Historia del Traje de Buenos Aires.
Dos integrantes de murgas mientras posan con sus trajes en la inauguración de la muestra "Hermanando carnavales" en el Museo de la Historia del Traje de Buenos Aires.
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EFE

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El traje, la "piel" de los amantes del Carnaval, brilla en Buenos Aires

Museo Nacional de la Historia del Traje recopila el vestuario usado en el carnaval de Corrientes.

Los brillos y los colores de los trajes del carnaval, la "piel" de quienes participan con pasión en esta tradicional celebración, esconden poderosos mensajes, colectivos y personales, que quedan al descubierto en una muestra en Buenos Aires.

Levitas de murgas de Buenos Aires y vestuario ricamente decorado del carnaval de Corrientes, en el noreste argentino, integran la exhibición "Hermanando carnavales" en el capitalino Museo Nacional de la Historia del Traje, que se combina con una muestra homónima, en el Museo de Arte Popular José Hernández, donde se recogen tradiciones carnavalescas de otros puntos del país.

"Estas manifestaciones de carnaval que estamos mostrando son un patrimonio muy importante de Argentina", dijo a Efe Victoria Salías, directora del Museo del Traje.

En el caso de las murgas, la muestra recoge principalmente levitas de 1975 en adelante, aunque también pueden verse chaquetas, pantalones, polleras, vestidos, polainas y las denominadas "fantasías", como sombrillas, dados, abanicos gigantes y cabezudos.

La levita es, sin embargo, lo más característico del traje y tiene un componente colectivo -los colores que identifican a la agrupación, normalmente asociados a un barrio o a un club de fútbol- y otro puramente personal: los llamativos apliques que cada murguero le hace a su ropa.

"El traje es como el tatuaje en la piel del murguero. Antes de la década de 1970, los apliques eran más sencillos. Durante la dictadura se prohibió el carnaval y cuando regresa la democracia los apliques se vuelven más simbólicos", explica a Efe Amorina Martínez, fundadora del Museo Vivo del Carnaval Metropolitano, que colabora con esta muestra.

Así como en las letras de las canciones de las murgas se hace evidente la crítica social y en el baile se representa la conquista de la libertad, en las levitas aparecen apliques con fuerte mensaje, como un pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo o una silueta de las islas Malvinas cuya soberanía reclama Argentina al Reino Unido.

"El traje es el mensaje más fuerte porque uno lo lleva a los distintos barrios, tiene los apliques y muchas veces habla por los mismos bailarines cuando uno no puede expresarse más que con el baile. En la levita uno lleva un mensaje", señala Mariano Belvedere, director de Los Auténticos Rayados de Lugano, una de las casi 400 murgas que hay en Buenos Aires y su periferia.

Un traje de una murga de Buenos Aires exhibido en la muestra "Hermanando carnavales" en el Museo de la Historia del Traje de Buenos Aires.

Salvo los colores representativos de la agrupación, en lo demás hay libertad total para la confección, que cada murguero hace con sus propias manos y suele conservar de año a año.

Santiago Reich, murguero y también creador del Museo Vivo del Carnaval, define la levita como "la piel de las personas que integran el carnaval, la armadura que se pone en juego" cuando la agrupación baila.

Un vestuario en permanente transformación, que integra influencias foráneas y cuyo origen es de pura crítica social.

"Los amos le daban las levitas viejas a los esclavos y éstos, para burlarse de sus amos, daban vuelta la levita, donde estaba el brillo del raso, y con pequeños retazos de telas de otros colores iban decorando ese traje", explica Reich.

La muestra presenta también trajes de la comparsa Anahí, de la ciudad correntina de Bella Vista, cuyo carnaval, al igual que otros de la región Litoral, tiene claras influencias del de Brasil.

Plumas, flecos, lentejuelas y pedrerías destellan en los armazones de los espaldares, las máscaras y otros accesorios de un vestuario impactante, cuyo diseño y confección es nuevo cada año y requiere una importante inversión.

"Hay mucho trabajo de pedrería y de bordado. La gente está prácticamente todo el año trabajando para el carnaval", destacó Salías. 

EFE
 

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